Carlos Enríquez

Por Víctor Angel Fernández (Versión)

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Nació el 3 de agosto de 1900 en Zulueta, municipio Remedios, Las Villas. En 1920 fue enviado por su familia a Filadelfia, para tomar estudios de Ingeniería, pero en 1924 matriculó en un curso de verano en la Escuela de Bellas Artes de Pensilvania. Viajó por España, Francia, Italia, Inglaterra, México y Haití, regresando a Cuba en 1925 para dedicarse de lleno a la pintura.
En 1927 participa en el II Salón de Bellas Artes. Ese mismo año interviene en la Exposición de Arte Nuevo, con ocho telas. Deja de ejercer su oficio de economista y se dedica por completo a la pintura. Regresa a Cuba en 1930 y es suspendida una muestra suya, por presentar obras de fuerte contenido político y un desacostumbrado tratamiento del desnudo.
Su posterior estancia en Francia, España, Italia y Gran Bretaña, le sirve para consolidar su formación. Se pone en contacto con las numerosas tendencias vanguardistas. Profundiza en el estudio y asimilación de los conceptos y valores del surrealismo y sus antecedentes.
Luego de una etapa de fuerte expresionismo con matices oníricos, define su personal estilo personal que da lugar a algunas de las piezas mayores de la pintura cubana: Primavera bacteriológica, Crimen en el aire con Guardia Civil y su Virgen del Cobre.
De vuelta a Cuba en 1934, trae una nueva visión del mundo y del arte, lo que contribuye al redescubrimiento de su isla, de su paisaje y de su gente.
En 1934 quiso presentar una exposición en la Asociación de Reporteros de La Habana, pero la directora tachó sus obras de inmorales e impropias y le negaron el permiso. Al año siguiente obtiene premio en el Salón Nacional de Pintura y Escultura con su óleo Manuel García. En 1935, comienza a definir sus nuevas orientaciones plásticas, las que apuntaron al mundo rural de los cubanos.
Sus cuadros recogen las leyendas del campo, la imagen de héroes y bandidos, el recuerdo de los patriotas y una fina denuncia social. En esa época, vieron la luz obras antológicas de la plástica criolla. El Rey de los Campos de Cuba, es premiada en la Exposición Nacional de Pintores y Escultores.
El rapto de las mulatas, premiada en 1938, es una suerte de testimonio y resumen de su credo artístico, con caracteres surgidos de leyendas campesinas, una atmósfera como de sueño que establece sensuales nexos entre hombres, mujeres, caballos y el paisaje. Son también de esta época: Las bañistas de la laguna, Campesinos felices, Dos ríos y Combate, ubicándolo a la vanguardia del modernismo cubano.
En 1946 es premiado nuevamente en la tercera Exposición Nacional. En 1947 realiza las ilustraciones del libro Son entero, de Nicolás Guillén.
Por esta fecha comienza a vivir en su finca de las afueras de La Habana, que bautizara con el nombre de Hurón Azul.
Solo unos pocos le acompañan hasta su muerte, ocurrida en La Habana el 2 de mayo de 1957, día en que debía inaugurar una exposición en la Editorial Lex y que fue abierta en el mes de junio de 1957 como homenaje póstumo.
Fuente: www.ecured.cu
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