Matrimonios que engrandecen la cultura cubana: Elvira Cape y Emilio Bacardí (Parte II)
Por Víctor Angel Fernández (Versión)
ME GUSTA
(1)

Emilio Bacardí Moreau. Nació en Santiago de Cuba el 5 de junio de 1844. Aunque a temprana edad los padres lo enviaron a España, el joven Bacardí era un cubano de fervoroso espíritu revolucionario y estuvo involucrado en un fracasado intento de deponer al gobernador del departamento oriental para instaurar en su lugar una junta democrática de gobierno. Durante el proceso revolucionario del 95 soportó los sinsabores de la cárcel en Ceuta, como castigo por sus nexos con las fuerzas independentistas. Justo prestigio gozó entre sus conciudadanos. De ahí que al cese de la dominación española fuera nombrado alcalde de Santiago de Cuba. En el desempeño de tales funciones creó e inauguró, el 12 de febrero de 1899, el museo que hoy lleva su nombre y que tuvo por sede inicial los números 25 y 27 de la calle Santo Tomás (Félix Pena). Daba con ello un paso importantísimo en la preservación del legado histórico. En 1902 ocupó de nuevo la alcaldía, ahora por votación popular, prosiguiendo su obra en favor de la cultura con la apertura de una biblioteca —anexa al museo— y de la Academia Municipal de Bellas Artes. De espíritu liberal y progresista, este también se manifestó en la concesión de empleos en el ayuntamiento a las mujeres, sobre todo a aquellas cuyos familiares murieron en la contienda por la independencia. Siendo alcalde instituyó, por iniciativa del santiaguero Ángel Moya y Portuondo, "Chichí", la tradicional Fiesta de la bandera. Como teatrista fue autor de un drama realista, Al abismo, que no carece de escenas emotivas, algunas bien logradas. En su arista de novelista reconstruyó con brochazos firmes la gesta libertadora de los diez años en “Vía Crucis” (Barcelona, 1914), que ofrece un fiel trasunto de las costumbres de la época en la provincia de Santiago de Cuba. Sin embargo, es como historiador que alcanza trascendencia. Sus diez tomos de crónicas de Santiago de Cuba, integran una recopilación insustituible de documentos e informaciones desde la fundación de la villa en 1515. Valioso igualmente es su libro Florencio Villanova y Pío Rosado (1920), por el tema biográfico. Al morir en Santiago de Cuba el 28 de agosto de 1922, era miembro de la Academia de la Historia y de la Academia de Artes y Letras. Hecho curioso y apenas conocido es que el día de su muerte llegó desde La Habana una comisión de la Agrupación Patria, con la misión de proponerle al veterano su candidatura a la presidencia de la República.
Otros enlaces: Artículo anterior ⇒⇒
Sitio web:
MENSAJES ANTERIORES:
SUGERIMOS
Recuerdos D_Cuba
Un sitio para promover Cuba, en general o una ciudad en particular. En 1997, lo
Cuba y sus provincias
La división político-administrativa de Cuba ha atravesado múltiples etapas de
El ajiaco cubano
Plato tradicional de la gastronomía de Cuba y de otros países de centro, Suram