Sancti Spíritus

Por Víctor Angel Fernández

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A inicios de este año 2024 fui invitado por el la Editorial Luminarias a compartir algunos saberes con los participantes de la Feria del Libro en esta provincia.
Cada visita que hago por esos lares, me trae viejos recuerdos, pues fue precisamente por ella, donde comencé mi largo periplo laboral, medio siglo atrás. Es la provincia que más he visitado y además con tiempos suficientes para notar cambios en la misma.
Hablé de trabajo, pero también de paseo y disfrute, pues junto a mi esposa, iniciamos en Trinidad nuestro andar matrimonial cuatro décadas anteriores a hoy.
Comienzo por el inicio y encuentro que sus datos fundacionales fueron en 1514, en áreas cercanas al Río Tuinucú y correspondió a Diego de Velázquez ese acto iniciativo. Como otras ciudades primigenias, tuvo su movimiento y comienza a ser trasladada, seis años después hacia las márgenes del Río Yayabo, donde permanece y cuyo emplazamiento definitivo se lleva a cabo hacia 1522.
Como por estos días está de fiesta fundacional y sede del jolgorio nacional anual de julio en Cuba, quise recordar algunos museos que he visitado en mis incursiones spirituanas.
Les dejo el orden para que ustedes lo organicen, pero empiezo por el Museo Provincial de Historia de Sancti Spíritus, inaugurado a inicio de los ochenta del pasado siglo y ubicado en la que fuera vivienda de Pedro de Castañeda de Rojas, uno de los espirituanos que se negó a jurar obediencia a los invasores ingleses en 1762. Allí se presentan colecciones de piezas de la cultura aborigen, la colonización española y la esclavitud africana.
El siguiente, para mi gusto el más bello que he visitado en la provincia y según dicen algunos, localizado en uno de los palacios más bellos de Cuba, es el Museo Romántico o Palacio Brunet, perteneciente al casco histórico de Trinidad. Propedad del Conde Brunet, poderoso criollo que lo terminara de construir en 1808, lo caracteriza un espacio interior conocido como patio andaluz, muy destacado en la época, con las mezclas de estilos que aparecen en los antiguos lugares de la metrópoli española.
Sigo en Trinidad y les propongo el Museo Municipal, aunque los pobladores de la ciudad lo conocen como Palacio Cantero. Destacado por reflejar los gustos más cosmopolitas del siglo XIX y también por las varios personas a las que perteneció la edificación, las cuales aportaron a su caracterización.
Concluyo, lo cual no significa que no existan otros, con el Museo de Arqueología Guamuhaya, un edificio del siglo XVIII de extrema belleza arquitectónica y con la característica de haber sido residencia de Hernán Cortés en su paso hacia la conquista de México. Se convirtió en museo en 1976 con una colección dedicada a la prehistoria cubana, la cual se recuerda desde el mismo nombre, pues esa era la forma en que los habitantes aborígenes del territorio, nombraban las áreas donde hoy se asienta la ciudad.
Quedan la Biblioteca Provincial, el parque, el Palacio de las Cien Puertas, el puente sobre el río San Juan, pero esos descubrimientos se los dejo a ustedes, si logro que estas líneas lo animen a visitar esta provincia que, ya les dije, tiene recuerdos especiales para mi.

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