El yogur en Cuba. Una historia que pasa por los Balkanes
Por Víctor Ángel Fernández
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El yogurt Balkan comenzó a producirse comercialmente en Cuba en la década de 1950, elaborándose a partir de leche de vaca y comercializado con ese nombre en referencia a los países de los Balcanes en Europa del Este. En esa época, el consumo de yogurt no era tradicional en la isla y su producción se limitaba principalmente a la capital, con un precio más alto que la leche pasteurizada. Se utilizaba la fórmula clásica con las bacterias Lactobacillus acidophilus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Tras la Revolución Cubana en 1959, la producción y distribución del yogurt Balkan se amplió a nivel nacional, pasando de ser un producto poco consumido a convertirse en un suplemento alimenticio esencial en comedores universitarios y residencias estudiantiles durante la década de los 60 y 70. Esto coincidió con la llegada de técnicos y asesores de Europa del Este que introdujeron sus hábitos alimentarios, fomentando el consumo del yogurt. En los años siguientes, especialmente en la década de 1970, se estableció un instituto de investigación alimentaria que ayudó a diversificar la producción, incluyendo nuevos sabores y tipos de yogurt. Durante la crisis del "Período Especial" en los 90, al verse limitada la importación de leche en polvo, Cuba desarrolló la producción industrial de yogurt de soya como una fuente importante de nutrientes, particularmente para niños y adolescentes. Su producción ha crecido y se ha diversificado en sabores como fresa, plátano, coco y otros En resumen, el yogurt Balkan en Cuba tiene una historia originada en los años 50, con fuerte influencia de los países balcánicos y de Europa del Este, y ha evolucionado hasta convertirse en un alimento básico con diversas variantes, incluida la soja, especialmente importante para la nutrición infantil durante las crisis económicas cubanas
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